Emilio Torti - Entrevista al artista en el BLOG de Image Campus

Emilio
Torti

Emilio Torti nació en Rosario en 1952.  Artista visual y docente, tanto su extensa obra pictórica como sus inquietantes dibujos –un universo de fractales inextinguibles– ocuparon desde siempre su producción mas importante. Mediante la postproducción digital y las tecnologías, derivas de esas mismas indagaciones, su obra actual sigue atravesando la experiencia visual como una aventura particular del pensamiento.

Entrevista 
por Oscar Carballo 

 

AL– Emilio, probablemente debiéramos empezar por el principio, y tratándose de un artista me gustaría preguntarte cómo relacionas la naturaleza de la realidad, las implicancias de la vida del artista con la obra.  

ET- Pero ¿Qué es la realidad? ¿Existe algo que es la realidad por un lado y otra cosa que no lo sea? ¿Esa no realidad es disfuncional al deber ser condicionado? ¿No será que la sabiduría oriental rebeló mucho antes que los griegos una realidad más profunda?  

Es cierto, Oriente incluyó a Grecia en su influencia del mundo antiguo. Luego Grecia gana la batalla cultural; de eso no hay dudas. Grecia la magna; Oriente un conjunto de pueblos inferiores e indignos del conocimiento. Tu obra resiste en como concebir el  conocimiento como realidad.  

Mi intuición está entrenada en ejercicios visuales y budistas: me guía en la experiencia de un todo interpenetrado en un enjambre de sucesos que abarcan la materia –que por cierto es bien escasa en el universo– y nuestros pensamientos y emociones, algo que está presente en todo lo que hicimos, hacemos o hubiéramos hecho, de manera que es imposible no estar en la realidad, todo es realidad, incluso lo inconcebible. Y agrego: esa realidad es la vida. 

De acuerdo, realidad y ficción son un organismo común.  

En todo esto que estamos compartiendo hay tanta realidad, incluida la falsa realidad que nuestros cerebros tienen que reeditar cada mañana para soportar el verdadero Real, como en cualquier otro lugar del Universo y agrego que esta realidad es la Vida. Y la vida es la suma de todos los seres vivos. 

Y al respecto del conocimiento clásico, su sintaxis hegemónica, su relevancia como aprendizaje: ¿Cómo influyen esas condiciones en la concepción de obra del artista actual? 

A partir de los experimentos visuales de principio del siglo XX los artistas se liberan del aparato visual decimonónico, la deconstrucción de la perspectiva lineal, el realismo, incluso la pintura misma con el Dadá; de manera que pueden convertir su labor, como es mi caso, en un experimento mental y convertir a su práctica en un banco de prueba.   

¿No es acaso una preceptiva la experiencia mental? 

Si, pero en tanto un artista pueda observar y transformar los condicionamientos culturales que lo sujetan a una normatividad. Ese aspecto bloquea la aparición de nuevas áreas de imaginación. Yo intento aplicar el resultado de estos ejercicios a la vida cotidiana.  

Entonces, ¿Cuánto hay en la realidad personal de esa sustancia que llamamos arte?   

Paul Valéry decía que “El único interés de la Obra consiste en extraer de nosotros lo que ignorábamos contener, y que por lo tanto no conteníamos” Mis ejercicios son una suerte de filosofía de vida. Yo capturo una imagen que me llama desde la pantalla, la abro e intervengo. Inspirado por esta presencia luminosa “entro” en una especie de aura que me permite  transformarla, des-figurando; desmontando; deformando, sacudiéndola para liberar y hacer visible la fuerza –la poesía, “eso” o como quieras llamarla– que late en cada una de estas apariciones.  

Una cuestión de deseo. 

Si, algo así como abrir una fruta y comerla. Transformar lo que ya está hecho porque nada surge de la nada y siempre hay algo antes y ese “algo” es lo que se transforma; por ejemplo: el famoso problema de “la angustia de la hoja en blanco” no es que esté vacía, en realidad está llena, pero llena ¿de qué? La hoja, el lienzo o la partitura, etc. están llenas de clichés, lugares comunes, de estereotipos, de la lógica del lenguaje; está llena hasta el tope del aborrecible sentido común; cómo hacer para abrirse paso entre semejante maraña de obstáculos que impiden salir de esa aburridísima zona de confort/control.  

Una suerte de estancamiento por el solo hecho de no cuestionar la imagen. 

Hay que poder suspender eso; de ningún modo es un aliado, y también, ya que estamos, suspender el mal hábito de juzgar automáticamente todo porque nos bloquea, en fin, solo para empezar. Como se puede ver hay mucho trabajo con uno mismo, ya no estamos en la búsqueda de hacer un cuadro bonito tratando de agradar o conseguir algo a cambio, estamos en algo para lo cual tenemos que desearlo fuertemente, es un desafío que uno se hace a sí mismo. 

«La hoja en blanco no está vacía, en realidad está llena de clichés, de lugares comunes, de estereotipos, de la lógica del lenguaje; está llena hasta el tope del aborrecible sentido común» 

Abordar la obra como una técnica ha ocupado a numerosos teóricos, diseñadores y artistas, y es parte ineludible de la historia de las artes sin excepción. ¿Cuánto de tu obra es pensada como mecanismo técnico y en qué medida controlas y elegís las herramientas al momento de producir? 

Después de varias décadas de intentar materializar Obra –fracasando– utilizando diferentes  técnicas analógicas me di cuenta que el problema que enfrentaba no era una cuestión técnica, era mi necesidad de ser aceptado, de resolver el tema económico y que la “producción” –odio esta palabra aplicada a estos temas porque direcciona a cadena de montaje, a mercadeo– se contaminaba con el deseo de agradar, de seducir a un hipotético espectador-consumidor. Comprendí que se me imponía dejar todo eso, es decir, dejar de mirar hacia afuera. La solución fue sacrificar la materia analógica.  

¿Producir no implica un modelo de trabajo, una gestión artística? 

Si, pero el  fundamento del arte como mercancía es el de la pieza única, que de pronto se convierte en un supuesto bien escaso, pero que en las constelaciones digitales no existe tal cosa ya que cada imagen se replica cuantas veces la convoquemos con un simple click y esto mismo vuelve posible el deseo de modificar esta falsa idea de creación pues, como nada surge de la nada, lo que hacemos en realidad es recrear lo ya existente. Y ya que estamos convoco a todo aquél que lo desee a tomar las imágenes que he transformado partiendo de las  preexistentes y hacer lo mismo, eso sí, hay que agregar algo, hay que transformar la imagen.  

Los artistas no creen tanto en compartir salvo que los citen, no es cierto? Oscar Bony decía siempre que el arte no podía pensarse por fuera de su condición de elite

Oscar Bony se refiere a ese “Artista estelar” un poco sirviente de los poderosos que nos impone esta sociedad; es el artista ganador, exitoso y embolsando buena guita o no pero como flotando sobre la crema. 

El artista ejemplar atado a las ferias de arte 

Si, pero lo cierto es que no pocas personas necesitan la experiencia de una “otra cosa” en sus vidas y que buscan erróneamente entre las miles de ofertas para “ser feliz”.  Joseph Beuys  decía “El propósito del arte es la liberación de las personas, por lo tanto el arte es para mí la ciencia de la libertad”      

¿Cómo pensas la labor del artista al respecto del resto de las actividades que conciernen la vida humana? 

El monoteísmo bloqueó con su oferta de salvación otras posibilidades humanas de estar en el mundo, de desarrollarse y autoexpandirse interiormente, ir a los confines del sí mimo si así lo necesitara.  Ahora yo siento; pienso, que todos tenemos el don y por lo tanto la necesidad de autopercibirnos  y actuar de otra manera, de recrearnos, de ejercer nuestra capacidad autopoiética para la búsqueda que tal vez sea del sí mismo, de individuación o quién sabe qué será ese anhelo insondable. 

En esa autocontención, ¿Soñás además las obras? 

Cuando joven anhelaba fuertemente hacer una obra e intentaba controlar, dirigirla imaginándola, convocándola. Con el tiempo me di cuenta que lo importante era no saber de antemano qué imagen se iba a presentar ante mí.  

Entonces no crees demasiado en planificar, pareciera que abordas la obra como una pulsión, un orden azaroso. 

Mi práctica consiste en  tratar de hacer algo donde la razón instrumental no tenga poder (sin cálculo ni estrategia) es decir, para poder conectar lo desconocido con lo conocido (lo que está ya en poder de la razón, en la memoria y lo que está en lo inconsciente). Mi punto de vista del hacer obra es que no consiste en expresar un pensamiento propio original sino en encontrar en uno mismo algo que no se esperaba, que no se sabía que se tenía, no tiene porqué ser algo nuevo para el mundo, basta con que sea nuevo para mí, algo que está más allá de mi pensamiento y si es posible, ahí, donde no ha llegado la palabra.  

El mercado del arte es una maquinaria que se auto alimenta de novedades. Las exige de hecho. Tu posición es una suerte de sutura en el corazón mismo del hacer artístico.  

El destino del hacer obra se da cuando es la respuesta a una necesidad muy profunda, digamos, al borde de la desesperación. Siento que la poesía está en todas las cosas y la exploración del territorio inconsciente tiene la profundidad que cada uno necesita y puede acceder a generar áreas de imaginación. 

Y al respecto del lenguaje del diseño y su relación cada vez mas estrecha con el arte ¿Se puede diseñar una obra por encargo? ¿Tiene puntos de coincidencia el diseño con el arte o simplemente se relacionan mediante fronteras? 

Mi experiencia es que cuanto más cosas espero conseguir de lo que estoy haciendo, por ejemplo cumplir con un encargo, dinero, fama, aceptación, etc. menos profundidad va a tener lo que haga.  

«Mi punto de vista del hacer obra no consiste en expresar un pensamiento propio original sino en encontrar en uno mismo algo que no se esperaba, que no se sabía que se tenía» 

¿Vale decir que la expectativa cancela lo poético, lo artístico? 

Pienso que no estoy mirando hacia adentro, estoy mirando hacia afuera esperando obtener algo a cambio, en mi cabeza hay voces que me dicen cómo tiene que ser el resultado para lograr un fin, estoy en una tarea alienada, estoy lejos de mí.  

¿Como si los objetivos anularan la idea misma de obra, como una pretensión? 

Es que el objetivo de la Obra soy yo mismo que busca cambiar algo usando la energía de las formas a las que intervengo abriéndolas y transformándolas.  

Siendo que los artistas deberían en principio vivir del arte, y en tanto existe un Mercado a tal fin que considera la producción artística un trabajo ¿Tenés alguna rutina y en tanto, cómo explicas esa circunstancia? 

Desde siempre tuve problemas para aceptar las coordenadas del capitalismo. Cuando comprendí que no soy, no quiero ser un profesional del arte, no quiero ser un trabajador de la cultura, rechazo tener obligaciones o asuntos pecuniarios con el arte decidí que esta práctica tiene que ser marginal, lo más lejos posible de cualquier interés económico o narcisista.  

En ese campo de rechazo no me queda otra posibilidad que preguntarte entonces ¿El medio del arte se diferencia definitivamente de cualquier otro universo laboral humano?  

Yo me gano la vida como docente particular, vivo en austeridad, no en pobreza y no estoy sujeto a padecer una baja en la autoestima por no adquirir continuamente cosas innecesarias para fortalecer mi ego. 

Gumier Maier ironizaba en los años ’80 publicando una viñeta en un periódico  promocionando sus clases: el texto decía «Sea artista» ¿El arte es una disciplina aprendida? 

Para mí el arte es un medio hábil para la exploración de lo inconsciente y esto se puede trasmitir como técnica. La contemplación o ensoñación desde las imágenes que logran eludir los estereotipos es el destino del ver mismo cuyo efecto sobre aquél que la transita es el de anular la percepción del paso del tiempo; la materialidad inherente a la Vida, transformando así, este mundo en otro. 

Mas allá del concepto fundamental de aprendizaje y la experiencia constante de quién aborda el conocimiento ¿Puede enseñarse académicamente a producir arte como sucede en las disciplinas de diseño? 

Está en lo que cada persona es, atravesando el conglomerado de condicionamientos, únicos y que algunos necesitan adentrase más y más en lo profundo de la mente y eso sí, tal vez, no se pueda transmitir. La imagen funciona como inductor de visión que nos transporta más allá de la mente condicionada y es ahí donde la práctica inconsciente rinde sus frutos. 

«La creación de un mundo interior requiere, como un jardín, constante cuidado; la persona así afectada durante ese proceso no encuentra mucho tiempo para prestar atención a los asuntos mundanos» 

¿Te preocupa que la inteligencia artificial ocupe un lugar de privilegio en el desarrollo humano actual? 

No, la inteligencia artificial es, de las abominaciones de la Técnica que produjo esta civilización, la menos costosa para el resto de las especies; incluidos les humanes.  

¿Qué cosas específicamente? 

La superpoblación, el antropocentrismo, el especismo, el patriarcado, el monoteísmo, el capitalismo y la desidia general que alimenta el desastre planetario que ya es irreversible con el constante avance del deterioro de la intuición. 

¿La suerte del mundo está fechada? 

Ya no nos podemos alejar más de la Naturaleza. Estamos a las puertas de algo que va a producir un mundo más injusto todavía como si este estado de cosas no fuera suficiente. 

Si la labor del artista es un constructo que enfrenta a la misma cultura mediante un discurso de poéticas, una ética, ¿Puede asimismo enfrentar e independizarse de las condiciones del mercado? 

El arte está asediado por la lógica de mercado. Nos resulta natural usar términos como el de “producción” que tiene que ver más con crear una mercancía cualquiera. El artista actual trabaja para hacer algo que encuentre un nicho en las innumerables góndolas de los supermercados del arte contemporáneo que con explorar la mente para atestiguar y registrar aquella singularidad que nos hace únicos y que unidas forman esta humanidad.  

Entonces tampoco podría discutir su época. 

Si, pero no solo el artista sino todas las personas deberían  ejercitarse, sin sustancias, claro, en saber entrar y salir de las condiciones que impone el Sistema de valores actuales.  

¿Cómo imaginás el destino de las sociedades, las normas, el bienestar? ¿Crees en las utopías?  

La Técnica con sus entornos virtuales cambia y abre áreas de imaginación. Domina mejor, controla mejor, pero la humanidad, al menos por el momento, en su gran mayoría sigue alejándose más y más de la posibilidad del buen vivir.  

¿Qué es el buen vivir? ¿Hay algo así en este mundo? 

No sabemos, pero éste que experimentamos no es. La Técnica en su afán de “mejorar” las condiciones de vida va limitando las capacidades humanas, parece que todo lo puede hacer mejor. A la pregunta ¿qué es lo que habría que cambiar? la respuesta es: todo, hay que cambiar todo. 

«El artista actual trabaja para hacer algo que encuentre un nicho en las innumerables góndolas de los supermercados del arte contemporáneo» 

¿Cuál es tu opinión acerca de las redes sociales? 

Las redes sociales se han convertido, como todos los medios de comunicación, en la mano derecha del gran aparato de construcción de subjetividad como lo fueron las religiones imperantes en otras épocas.  

Pareciera que los individuos cada vez se distancian mas del pensamiento propio para ligarse al de las multitudes. 

Si, incluso hay grupos religiosos que tienen muy buena afinidad con las redes y han llegado a remover gobiernos y hacer tambalear a otros como facilitar el ascenso al poder personas horribles.  

Hay una suerte de oportunidad en exponer, a ser oídos. 

El desánimo y el enojo, el control o el descontrol, todo se maneja del mismo modo: desde las redes y diseminando a la velocidad de la luz el veneno del odio. 

¿En vistas a que el mundo no es otra cosa que un enorme artificio, puede al momento diferenciarse tan fácilmente lo artificial de lo natural?  

La enloquecida trayectoria de nuestra especie que se desgrana entre la furia y el miedo ha encontrado en el éxito de la Técnica en apoderarse de la naturaleza una herramienta perfecta para dominar cualquier cosa que se cruce en nuestro camino. La traducción de lo orgánico, aquello que surge de la Vida por su duplicado artificial no se detiene y parece avanzar a una duplicación total de la Naturaleza porque al ser un duplicado se puede manipular  y promover aquello que es “útil” y desechar lo que al Sistema no le sirve.  

Una suerte de progreso, de diseño, de utilidad. 

Parece una ventaja y de hecho en muchos casos lo es, el problema es que no es sustentable, nada de todo lo que estamos haciendo es sustentable. 

«Parece que todo lo puede hacer mejor. A la pregunta ¿qué es lo que habría que cambiar? la respuesta es: todo, hay que cambiar todo» 

Al respecto del arte, ¿Hay un discurso sobre los procesos analógicos que pueda aún resultar de interés para la humanidad? 

Si el deseo está puesto en hacer algo que no obedezca al sentido común, un deseo de encontrarse a sí mismo y del abandono de todo aquello que nos mantiene sujetados; todo es válido. Puedo estar cocinando un guiso de lentejas y experimentar una iluminación. Ahora para el que necesita estar en el último grito de la moda, tal vez, ahí sí se descarten técnicas y modos de hacer por aquello que te garantice visibilidad.  

Parece imposible hoy volver a declarar la muerte de la pintura 

Si, pero en los años 90 ya no se encontraban muestras de pinturas, de un día para el otro, muchos pintores se pasaron a las instalaciones o cualquier otra cosa que no sea pintar un cuadro. 

Actualmente trabajas con técnicas contemporáneas, pero no son excluyentes. 

La técnica abre nuevas zonas psíquicas y psicológicas, áreas de imaginación. En mi caso el traspaso de lo analógico a lo virtual fue un gran cambio, estaría bueno que no se archiven otras técnicas, primero porque este orden puede derrumbarse como un castillo de naipes y segundo porque lo que se logra con la materia no es lo mismo que cuando operamos en un entorno virtual con un software obediente que a todo nos dice que sí como resultado de la ausencia de materia, peso y gravedad. Yo experimento a través del dibujo analógico y también con la posproducción digital. 

«Todos los seres vivos, no importa de qué especie, sufrimos» 

Pero al fin y al cabo se e trata de una misma cuestión. ¿Estamos hablando de obra, o deberíamos diferenciar los resultados por tratarse de medios tan distintos?  

Es que los innumerables accidentes que se experimentan en el trato con la materia analógica no se registran en la manipulación de la materia virtual y eso, en contra de lo que generalmente se cree, no es una ventaja. 

¿Entonces las equivocaciones del artista son necesarias? 

Desde luego. Esos “errores” o chapuzas que suceden en el trato con materia analógica nos enfrenta con oportunidades para salirse de la zona conocida, la famosa zona de confort-control donde nuestra mente nos controla a nosotros mismos, obturando el contacto con la zona desconocida o inconsciente que es donde el arte ha de llevarnos. Es buena la intención de aprovechar esos errores. 

Del mismo modo que sucede en muchas actividades, la práctica profunda de una disciplina logra una suerte de reclusión. ¿Te pasa eso?  

La soledad siempre es creadora, recetada por no pocos pensadores.  

¿Pudo el arte conseguir apartarte socialmente? lo digo a propósito de esa soledad creadora. 

La creación de un mundo interior requiere, como un jardín, constante cuidado; la persona así afectada durante ese proceso no encuentra mucho tiempo para prestar atención a los asuntos mundanos. 

«La práctica del arte tiene que ser marginal, lo más lejos posible de cualquier interés económico o narcisista» 

¿Qué pensas sobre la pasión del artista, ese sufrimiento que parece relatar el camino de la obra como una suerte de calvario, de destino? 

Todos  los seres vivos, no importa de qué especie, sufrimos.  

Algunos artistas encuentran ahí una suerte de profundidad previa, un pretensión donde dirigir la obra. Pareciera un cuento chino. 

La Historia destaca la vida de algunos artistas porque su obra se volvió relevante y propulsada por los artilugios del mercadeo. Después se noveló y se hizo pública como el caso de Van Gogh, de Gorky, Pollock, Rothko, etc. 

¿Cómo se miden entonces el éxito y el fracaso artísticos? 

Uno de mis intereses sino el más caro ha sido aquel camino que iluminaran los filósofos de la antigüedad como el río de Heráclito o la joya de Indra. Una suerte de doble visión no teísta en que todo fluye y simultáneamente todo está interconectado. 

Vos trabajaste y seguís trabajando con pinturas. Algunas de las cuales las modificas en un proceso posterior y mediante digitalizaciones. ¿Cómo influye lo espiritual en las decisiones técnicas de un artista? 

En los años ochenta sentía que algo se escapaba de mis telas, que les faltaba algo. Más tarde el budismo me señaló una dirección bien clara: la comprensión de los infinitos flujos causales no lineales e interpenetrados que conforman esta realidad. Ese primer paso dio lugar a otro: la intuición de una trama o red invisible que funde causalmente materia orgánica y mineral con nuestros pensamientos conscientes e inconscientes con la totalidad. 

«Si el deseo está puesto en hacer algo que no obedezca al sentido común, un deseo de encontrarse a sí mismo y en el abandono de todo aquello que nos mantiene sujetados; todo es válido» 

Vos ensayas entonces con esa materia quizá invisible: la trama del pensamiento. ¿Crees que otras experiencias pondrían en riesgo ese lenguaje?  

Se trata de una experiencia directa e inefable de la vida en todas sus formas, aquella experiencia en la que una consciencia abraza todas las contradicciones con las que cargamos los humanos, por eso se la suele confundir con la paz interior que es, en realidad, su efecto. 

¿La práctica artística puede modificar lo espiritual, vale decir, convertir el arte en una mera técnica y aún en una mercancía sin interés? ¿O esa espiritualidad es una precondición del ser  artista que lo protege de antemano? 

En mi caso parece que la práctica de la pintura me condujo al budismo y éste a la ecología y ésta a su vez me introdujo en un espacio imaginario no científico donde se reúnen tanto la ética como la biología, la física cuántica y recientemente el feminismo.  

Una tensión entre la religión y la moral humana 

Fue un cambio de paradigma. Mis creencias se derrumbaron en un momento y quede en libertad de explorar más profundamente espacios de mi presente, que son significativamente los espacios de mi interior. 

Oscar Carballo, Mar de la China, 5 de Mayo de 2021